Cinco razones para enamorarse de Melbourne
Es la segunda ciudad donde mejor se vive del mundo, y probablemente merecería la primera posición. Eclipsada injustamente por su poderosísima hermana Sídney, Melbourne es una ciudad extraordinaria y cautivadora, que invita a disfrutar de la vida, de la cultura, de los paisajes, de las compras, de los paseos en bici y sobre todo de la lectura: aquí se concentran casi la mitad de todas las librerías de Australia. Casi nada.
Estos
son algunos de nuestros momentos más especiales en un viaje a Melbourne:
1.- Un paseo en globo al amanecer:
Melbourne es una de las pocas grandes ciudades del mundo donde todavía es
posible realizar un paseo en globo. Y si además lo hacemos al amanecer, el
momento será mágico: atravesar parques, jardines, tejados, estadios y descubrir
el dinamismo de esta ciudad desde el aire es una experiencia sublime. Y si el
dinero no es un problema para nosotros, recomendamos proseguir la experiencia
hasta el valle Yarra, la zona vitivinícola por excelencia del estado de
Victoria.
2.- Compras, compras, compras: de todo
y para todos. Con estilo, para mejorar nuestros armarios, en Queen Victoria
Market y Collins Street. Con pasión, para los coleccionistas empedernidos, como
el suscriptor de este artículo. Con vocación, para los que amamos el arte, en
National Gallery of Victoria. Para los que no tenemos tanto dinero, verdaderas
gangas en Swanston Street. Y por último para dejarse ver y querer, nada mejor
que Collins Place.
3.- Un paseo en bicicleta: Melbourne es
posiblemente una de las ciudades más “bike friendly” del mundo. Parques,
jardines y carriles bici abundan por doquier. Descubrir la ciudad sobre dos
ruedas es un verdadero placer que no debemos dejar pasar: barrios
multiculturales y multirraciales, rincones apartados, cafés secretos, librerías
donde descansar y un sinfín de sitios más.
4.- Un paseo en tranvía: pero si lo nuestro
no es el ejercicio en exceso, siempre encontraremos una fórmula más cómoda de
adentrarnos en el corazón de esta ciudad, por ejemplo disfrutando de un
agradable paseo en un tranvía de época colonial mientras degustamos una
deliciosa cena o almuerzo maridado con los mejores vinos australianos.
5.- La Gran Carretera del Océano: ya sé
que no forma parte del entramado de la ciudad, pero venir hasta aquí y no hacer
una excursión por una de las rutas escénicas más bellas del mundo es un verdadero crimen.
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